El rubor es una respuesta natural del cuerpo que ocurre cuando nos sentimos avergonzados o ansiosos. Sin embargo, para las personas que sufren de trastorno de ansiedad social, el rubor puede convertirse en un dilema constante y desafiante. El temor de ponerse rojo en situaciones sociales puede llevar a evitar encuentros sociales, afectando significativamente la calidad de vida de quien lo padece. Afortunadamente, hay estrategias efectivas para lidiar con el rubor y el trastorno de ansiedad social.
En primer lugar, es importante comprender que el rubor es una reacción física normal y no algo de lo que debamos sentirnos avergonzados. Reconocer y aceptar el rubor como una parte natural de nuestro cuerpo puede ayudarnos a minimizar su impacto en nuestra vida social. Debemos recordar que todos experimentamos situaciones incómodas ocasionalmente y que el rubor no nos define como personas.
Además, es útil identificar las situaciones específicas que desencadenan nuestro rubor. Esto nos permitirá anticipar y prepararnos mentalmente para estas ocasiones. Si sabemos que ciertas interacciones sociales nos hacen sentir más ansiosos y propensos al rubor, podemos practicar técnicas de relajación como la respiración profunda antes de enfrentarnos a ellas. Estas técnicas nos ayudarán a reducir la intensidad de la ansiedad y, en consecuencia, la probabilidad de ruborizarnos.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) también puede ser de gran ayuda en la gestión del trastorno de ansiedad social y el rubor asociado. Un psicólogo capacitado en TCC puede trabajar con nosotros para identificar los pensamientos negativos y distorsionados que contribuyen a nuestra ansiedad. Cambiar estos patrones de pensamiento y reemplazarlos por pensamientos más realistas y positivos nos permitirá enfrentar las situaciones sociales con mayor confianza y menor probabilidad de rubor.
Además, es importante desafiar nuestras creencias negativas sobre el rubor. Podemos comenzar por reconocer y desafiar los pensamientos automáticos negativos que surgen cuando sentimos que nos estamos ruborizando. Preguntarnos si esos pensamientos son realistas y qué evidencia tenemos para respaldarlos puede ayudarnos a desarmar su poder sobre nosotros.
Otra estrategia útil es la exposición gradual. Consiste en exponernos de manera progresiva a situaciones que desencadenan ansiedad y rubor, comenzando con las más leves y avanzando gradualmente hacia las más desafiantes. Al enfrentar nuestras ansiedades de forma gradual, podemos ir construyendo una tolerancia y confianza en nosotros mismos. También es útil recordar y celebrar nuestros éxitos, por pequeños que sean, ya que esto refuerza nuestra autoestima y motivación.
En resumen, lidiar con el rubor cuando padecemos de trastorno de ansiedad social puede ser un desafío, pero no es imposible. Al aceptar el rubor como una respuesta natural del cuerpo, anticipar y prepararnos mentalmente para las situaciones que nos desencadenan, buscar terapia especializada y desafiar nuestras creencias negativas, podemos aprender a manejar el rubor de manera efectiva. Con el tiempo y la práctica, podemos ganar confianza y disfrutar de una vida social más plena y gratificante.
Bibliografía complementaria:
1. American Psychiatric Association. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5). Barcelona: Masson, 2014.
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4. Kandel, E.R., Schwartz, J.H., Jessell, T.M. Principios de neurociencia. Madrid: McGraw-Hill Interamericana, 2016.
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7. Sadock, B.J., Sadock, V.A. Kaplan & Sadock. Sinopsis de psiquiatría. Barcelona: Wolters Kluwer, 2017.
8. Sarason, I.G., Sarason, B.R. Psicología anormal: el problema del comportamiento inadaptado. Buenos Aires: Prentice-Hall Hispanoamericana, 2005.
9. Sternberg, R.J., Sternberg, K. Psicología cognitiva. México: Cengage Learning, 2014.
10. Stice, E., Taylor, C.B. Adelgaza sin ansiedad: controla la ansiedad emocional para perder peso de manera permanente. Barcelona: Ediciones Ceac, 2017.
Es importante tener en cuenta que esta lista de bibliografía complementaria es solo una selección y existen muchas otras obras relevantes en el ámbito de la psicología y la psiquiatría. Se recomienda consultar fuentes especializadas y actualizadas para ampliar los conocimientos en estas disciplinas.